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TUEr de Francia (I): Derribar los cimientos.

El sábado 7 de julio, con una semana de retraso debido a la celebración del mundial de balompié, comenzará, en Noirmoutier-en-l’Île una nueva edición anual del Tour de Francia. La del parecía que sí, la que escándalos de dopaje y reducción de ciclistas por equipo mediante, podía por fin ver un ganador de un equipo diferente al Sky, escuadra que se ha llevado 5 de los últimos 6 Tours disputados y porque las caídas hicieron que se retirara el que en aquel año estaba defendiendo su primera victoria. La realidad es que nos presentamos en la pequeña isla conectada por tierra con el mítico Paso del Gois con que el conjunto británico ha necesitado que su líder compitiera en solo dos etapas para ganar todo un Giro d’Italia, que su gregario ha maravillado al mundo por calidad y cifras arrojadas con solo 21 años y con que el gregario del gregario ha ganado el Dauphiné por delante de uno de los ciclistas que ocuparon el pódium final del Tour pasado. Tal es la superioridad que entre los dos subalternos de Froome se está librando una batalla por ver quien recoge el testigo si el keniata fallara. Aún con una previsión tan aciaga, existen los valientes, los osados, que han decidido acudir a la ronda francesa para tratar de derribar los cimientos tan bien plantados por los enemigos más oscuros y crueles del ciclismo.

Movistar Team es, sin duda y sin haber empezado todavía el Tour, la casa de putas más grande del ciclismo de todo lo que llevamos de década. La tricefalia del conjunto navarro, dirigido por gallinas turuletas y con objetivos e ideas dirigidas casi estratégicamente al fracaso (llevar a Quintana y Landa a Suiza, por poner un ejemplo reciente). Por palmarés, galones, raza y calidad, Nairo Quintana es indudablemente el ciclista que debería tomar la responsabilidad de vencer el Tour en el que Chris Froome se presenta con una Gran Vuelta ya en las piernas. Al colombiano parece que la llegada y competencia de Landa le ha hecho sacar de nuevo la raza y las maneras de campeón que parecía había perdido tras tanta derrota encadenada. En el otro extremo nos encontramos al alavés Mikel Landa. Con un ego que se lo pisa y una etapita en Tirreno, sigue enrocado en su idea fantasiosa de ganar el Tour como se encarga de repetir cada vez que abre la boca. Nunca ha estado en disposición real de pelear por una Gran Vuelta por mucho que el Landismo más fanático se empeñe en lo contrario y la carencia de humildad no es su mayor enemigo propio, ante el padecimiento de una especie de Efecto Dunning-Kruger de tipo deportivo. Cerrando la puerta del burdel nos encontramos a Alejandro Valverde. Sin meterse en ningún tipo de batalla por el liderato del equipo y con un bajón considerable en el nivel de su palmarés anual, tiene por delante un Tour que incluso puede ser favorable a sus características, con una etapa de pavé que debería pasar bien y los kilometrajes ridículos de las etapas montañosas (aunque atención a su extrema delgadez producto de entrenar con la grupeta de sus amigos globeros de siempre).

El abrazo del oso

Inmediatamente después del redil del Movistar se encuentra Romain Bardet y AG2R. El francés, de características bastante distintas a Richard Virenque y palmarés igual de loser que el de su más cercano predecesor, llega al Tour con un equipo potente y la ayuda de Latour, que aún así queda en ridículo contra la jauría del Sky como ya se hizo patente en el Delfinado (ni consiguieron alejar a Thomas cuando pinchó con la carrera lanzada, ni consiguieron poner en problemas en un descenso al Sky cuando Castroviejo solventó sin problemas un ataque del bueno de Romain). El año pasado salvó el podio por solo un segundo con Mikel Landa en la contrarreloj final, con lo que esto significa y lapida las posibilidades del francés en la prueba.

Hace 36 años que ET volvió a su planeta, y ahora vuelve en forma de chapa eslovena de nombre Primoz Roglic. Uno de los ciclistas más en forma de la temporada, compadece en Francia con la victoria general en las últimas tres generales que ha competido (País Vasco, Romandía y la carrera de casa). Es un ciclista que da alegría verle correr, es un ciclista distinto, con desparpajo y calidad. Es un auténtico bicho y es, igualmente, una puta incógnita. Su equipo trae también al mejor sprinter del momento y a un gregariazo de lujo como es Steven Krispis. Nadie sabe hasta que punto podrá competir Primoz durante las tres semanas, pero el ciclismo ganaría indudablemente mucho si el esloveno consiguiera estar en la pomada.

ET

Poco se puede decir que no se haya dicho de Vincenzo Nibali. El ciclista más inteligente del pelotón llega al Tour con la vista puesta en los mundiales de Innsbruck, con una temporada anónima más allá de su excelsa victoria en San Remo y 33 años. Lo llevamos enterrando 3 temporadas y solo se puede recordar que la temporada en la que venció el Tour su rendimiento previo había sido, también, bastante corto. Al igual que en ese 2014, el pavé también puede ser su arma más letal. Compite en uno de esos equipos que este año ha logrado experimentar una interesante mejora colectiva del rendimiento, viene con un auténtico equipazo por nombres (los Izagirre, Pozzovivo,…) y ha estado dándose un paseíto por el Teide. ¿Quién sabe? Ojalá.

No hay nada que no se haya comentado ya de Richie Porte. Exgregario de Froome, mirado de forma compulsiva por un tuerto, tiene más posibilidades de acabar su Tour en un hospital que en el podio final. Si lo primero no se da, piernas tiene para lograr lo segundo. Ha ganado el Tour de Suiza con un BMC que logró convertir a GvA en un gregario Sky cualquiera y su mencionado equipo es una banda que al menos va a salvar los muebles en la crono por equipos contra el conjunto británico, algo que no pueden decir las escuadras de prácticamente el resto de los aspirantes al trono.

Objetivo a evitar

Recordar que Rigoberto Urán consiguió ser el segundo en la anterior edición consigue dañar varios órganos vitales. Veremos hasta donde puede llegar siguiendo la rueda del que tenga delante, mijitos.

En Sunweb vienen con todo, pensando en diversos objetivos: El maillot verde, etapas y la general. Al parecer Dumoulin viene con la idea de pelear por la general, en una carrera que sufre una carencia similar de kilómetros contra al crono a la del Giro y Kelderman será una segunda baza o una ayuda magnífica para las aspiraciones del holandés. Es difícil confiar en las posibilidades de un ciclista al que el deporte le suele tratar mal y no devolverle todo lo que él entrega. Si está bien, los aficionados al ciclismo estaremos de enhorabuena.

Aquí se acaba el Tour

Mollema, Jungels, Zakarin o Fugslang son otros nombres que, sin ser candidatos al primer escalón del podio, no deberían de andar muy lejos de la pelea. Actores secundarios de una pelea que, si todo va como está esperado, se debería de decantar pronto en la tercera etapa. Crono por equipos de 35km y chorreo del Sky. Ideas de bombero, 18 etapas sobrantes. Muchas ganas de Tour, siempre. Pocas expectativas de batalla real por la victoria, eso sí.

Comentarios

  1. No ibas mal encaminado en tú análisis de hace justo un mes. Visionario!

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